El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, no fue un hecho aislado: fue la chispa que encendió la rabia contenida de un pueblo cansado de la impunidad. En Morelia, miles de personas marcharon hasta el Palacio de Gobierno y, en un acto cargado de fuerza simbólica, derribaron la puerta principal.
Lo que México tardó casi 200 años en endeudarse, Morena lo duplicó en apenas siete años. La llamada “Cuarta Transformación” prometió no endeudar al país, pero la realidad es otra: más de 15 billones de pesos en créditos que no se tradujeron en inversión productiva, sino en programas clientelares y obras con sobrecostos.
El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, en pleno Festival de las Velas, no es un hecho aislado: es la radiografía de un país donde la violencia gobierna y el Estado se esconde. Si un presidente municipal, rodeado de escoltas y en un evento masivo, puede ser abatido a balazos, ¿qué esperanza queda para la gente común?
Lo que debía ser un ritual de luz y memoria en el Festival de las Velas terminó en un baño de sombras: el alcalde Carlos Manzo Rodríguez fue abatido a tiros frente a cientos de asistentes. El escenario cultural se transformó en cadalso político.
El Gabinete de Seguridad del Gobierno de México informó la captura de Saúl “N”, conocido como “SS”, en un operativo realizado en Tijuana, Baja California, el 31 de octubre de 2025. La acción fue coordinada por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Secretaría de Marina (SEMAR), la Fiscalía General de la República (FGR), la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
Mientras el Estado presume avances en seguridad, las madres buscadoras —esas mujeres que rastrean fosas, terrenos baldíos y silencio institucional— están siendo asesinadas o desaparecidas. Este 2025 se ha convertido en el año más violento para ellas: siete han sido ejecutadas y otras siguen sin localizar.
En el México de los algoritmos y la simulación, la cifra ya no escandaliza: 400 bolsas con restos humanos fueron localizadas en Zapopan, Jalisco. No es una escena de horror aislado, es una rutina institucional. Y lo más brutal: no hay un solo detenido.
La caída histórica del turismo en Tulum no es un accidente: es el síntoma de un modelo agotado, violento y especulativo. Precios abusivos, narco, corrupción y despojo territorial han convertido el destino más instagrameable de México en un pueblo fantasma.
La violencia en Acapulco, Cancún y otros destinos turísticos no es casualidad: detrás hay carteles, políticos y corporaciones inmobiliarias reordenando el territorio.
A las 22:30 del 6 de octubre de 2025, un video de seguridad capturó una escena que resume el terror cotidiano en la Ciudad de México: dos sujetos golpean brutalmente a un comerciante en Iztapalapa mientras un tercero observa desde una motocicleta. El líder, identificado por su prótesis en una pierna, encabeza una banda que exige cuotas de protección.
