PEMEX oculta auditorías hasta 2028: Corrupción, deuda y el desmantelamiento de la soberanía energética

Petróleos Mexicanos (Pemex), la que fuera alguna vez el orgullo de la soberanía energética de México, hoy se encuentra en un punto de no retorno. Con una deuda que supera los 110 mil millones de dólares y crecientes sospechas de corrupción, se ha revelado que la petrolera mantiene bajo reserva los resultados de cinco auditorías clave —y no permitirá su publicación hasta el año 2028.

¿Qué esconden las auditorías?

Según información publicada por El Imparcial, Pemex utilizó el argumento de “riesgos para la seguridad nacional” para justificar el ocultamiento de documentos que son del más alto interés público. En ellos podrían revelarse desvíos de recursos, malas prácticas operativas, sobornos, contratos irregulares y otros elementos que demostrarían que la paraestatal ya no opera bajo principios de transparencia ni de interés nacional.

Corrupción sistémica y deuda impagable

La estrategia del gobierno, bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, ha sido aparentemente la de “rescatar” Pemex. Sin embargo, los datos y los actos contradicen el discurso. Mientras se acusa a sexenios anteriores de haber intentado privatizar la petrolera, este ocultamiento selectivo apunta a una complicidad profunda entre actores gubernamentales, élites económicas e intereses internacionales.

No es menor el contexto: los bonos de Pemex han sido lanzados al mercado financiero a través del SIC de la Bolsa Mexicana de Valores, abriendo la puerta a que capital extranjero (incluido BlackRock y Vanguard) pueda hacerse con partes clave de la empresa.

La fachada de soberanía

¿Pemex es todavía una empresa del pueblo? O más bien: ¿es hoy una fachada útil para mantener el mito de que México conserva control sobre sus recursos estratégicos, mientras en realidad se le entrega a corporaciones globales?

El ocultamiento de estas auditorías no es un accidente, ni una decisión técnica. Es una estrategia de encubrimiento. Y es también una señal más del proceso de desmantelamiento silencioso del Estado mexicano, que se ejecuta sin declarar reformas constitucionales, pero avanzando por medio de decisiones administrativas y acuerdos internacionales opacos.

¿Qué sigue?

Cuando se abran los archivos en 2028, el daño ya estará hecho. El país podría haber perdido los últimos vestigios de control sobre su energía. Pero entonces será demasiado tarde. Hoy es cuando debemos exigir transparencia total, rendición de cuentas y un verdadero debate nacional sobre el destino de Pemex.

¿Quién se beneficia del silencio? ¿Quién se esconde tras los archivos clasificados? En Desorden Mundial, seguiremos investigando.


Investigación en curso. Si tienes datos o documentos sobre Pemex, puedes escribirnos de forma anónima a contacto@desordenmundial.com

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